"Tengo el perfil ideal del perdedor: decido con
trabajos, me arrepiento de cada decisión, me arrepiento de haberme
arrepentido".
"Lo que muy poco antes no parecía menos que una
traición a sí mismo se vuelve compulsión avorazada, y así también aquello que
daba asco provoca ya lujuria".
"Le gustan sus rencores. Con ellos justifica sus
insuficiencias".
“Antiguamente las personas guardaban luto por temporadas
largas, algunos por el resto de su vida. Se acostumbraban o les acomodaba. ¿Te
imaginas la cantidad de licencias con que puede contar una mujer vestida para
siempre de negro? Piénsalo. Trae puesto el uniforme de fiel. Es buena, seria,
digna, no traiciona. Tiene la pinta y el porte de los justos”.
“Puedo explicarlo todo”, libro escrito por el mexicano Xavier Velasco, cuenta la historia de Joaquín, personaje solitario de treinta años que pasa sus días recordando episodios de su infancia, recordando cómo visitaba velorios en donde no conocía a alguien; pasa sus días escondiéndose de los Balboa, fingiendo ser una especie de doctor psicoanalista, tratando de olvidar a Imelda (mujer que lo conquistó en su adolescencia), haciéndose, a escondidas, mejor amigo de una niña de nueve años que es hija de su paciente; su enamorada.
Joaquín vive solo y tiene la encomienda, el deber y la obligación, de escribir un libro de autoayuda, uno que al ser entregado lo salve de ser perseguido, de seguir viviendo con miedo. Acostumbra salir sólo en la madrugada, dormir poco durante el día y alucinar por la noche. El personaje, aunque se considera una víctima de otras personas, vive rodeado de un sentimiento de culpa; sabe que miente, que engaña.
Con base en el DSM IV, el episodio maníaco (trastorno del estado de ánimo), está relacionado con este personaje:
“Autoestima exagerada o grandiosidad”. Cada vez que funge como doctor, Joaquín habla con demasiada autoridad, cuestiona, insulta, pisotea e incluso, cita el texto que él mismo escribe como “las notas del maestro Basilio”.
“Disminución de la necesidad de dormir”. Joaquín pasa las noches en vela, espía a sus vecinos, recuerda cómo era su vida cuando niño, cuando joven. Joaquín escribe cartas a su paciente, mismas que nunca se atreve a enviar.
“Distraibilidad (la atención se desvía fácilmente hacia estímulos irrelevantes)”. El personaje inventa símbolos, nombres ficticios y adopta animales para llevar a cabo un juego de espías, generales y tenientes, con una niña de nueve años.
“Implicación excesiva en actividades placenteras”. Joaquín se masturba constantemente, utiliza alcohol y algunas otras drogas para pasarla bien; para desconectarse y apartarse, aunque sea por unas horas, de su realidad.
Igual que tu otra entrada, me gusta mucho la estructura y la redacción. Está interesante el video y creo que aporta mucho el video que pusiste sobre el autor hablando de su personaje.
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